martes, 17 de julio de 2012

En la tormenta

La embravecida mar 
mece la frágil barca,
corazones hace temblar;
pero él, dormido está...

y los valientes pescadores
desfallecen en la tormenta:
gritan llenos de terrores;
pero él, durmiendo está...

las furiosas olas golpean 
la frágil y envejecida barca,
y ni gritos ni vientos perturban
a aquel que durmiendo está

¡durmiendo en la tormenta está¡
-Asombro llena los rostros en la barca-
¡Él es dueño de la paz¡


Oh mi Jesús

Con música de mi alma
y las cuerdas bibrantes
de mi espíritu en calma,
en un susurro te quiero adorar.
Y cual ave surcando el cielo
mi suave canto enamorado
tu trono excelso alcanzará...
y en la cumbre de ese vuelo
gritaré que eres mi anhelo,
y mi espíritu extaciado vivirá;
porque mi vida eres tú;
tú mi luz y mi quitud
¡oh mi Jesús¡