La embravecida mar
mece la frágil barca,
corazones hace temblar;
pero él, dormido está...
y los valientes pescadores
desfallecen en la tormenta:
gritan llenos de terrores;
pero él, durmiendo está...
las furiosas olas golpean
la frágil y envejecida barca,
y ni gritos ni vientos perturban
a aquel que durmiendo está
¡durmiendo en la tormenta está¡
-Asombro llena los rostros en la barca-
¡Él es dueño de la paz¡
y ni gritos ni vientos perturban
a aquel que durmiendo está
¡durmiendo en la tormenta está¡
-Asombro llena los rostros en la barca-
¡Él es dueño de la paz¡