La embravecida mar
mece la frágil barca,
corazones hace temblar;
pero él, dormido está...
y los valientes pescadores
desfallecen en la tormenta:
gritan llenos de terrores;
pero él, durmiendo está...
las furiosas olas golpean
la frágil y envejecida barca,
y ni gritos ni vientos perturban
a aquel que durmiendo está
¡durmiendo en la tormenta está¡
-Asombro llena los rostros en la barca-
¡Él es dueño de la paz¡
y ni gritos ni vientos perturban
a aquel que durmiendo está
¡durmiendo en la tormenta está¡
-Asombro llena los rostros en la barca-
¡Él es dueño de la paz¡
Amén...!! esta poesía transmite un lindo mensaje! Dios le siga bendiciendo Saludos!!
ResponderEliminar¡Qué preciosa poesía! Después de mucho tiempo, por fin puedo llegar por aquí. Querido pastor, ¿es ud. autor de esta hermosa poesía?
ResponderEliminarSaludos desde el Primer Ayuntamiento de América.
Saludos.
ResponderEliminarY sí, yo soy el humilde autor de esta poesía.