jueves, 28 de abril de 2011

Sed

Mis ojos ávidos de placer
contemplan el mundo...
buscando la belleza conocer...
pero hay fango... (y me hundo)....

Y la fealdad, en campaña  avasalladora,
cual telaraña cubre el sombrío mundo;
Y si la pasión brota cual rojas pastoras,
hay excretas de kermes en las hojas
(Y todo parece sucio; y nada parece limpio)...

Y se ofuscan mis ojos, con sed de belleza;
y ávidos de placer, comprimen mi alma que grita:
¡EN ESTE MUNDO, UN JARDÍN EXISTIÓ¡...
Y desfallece... y hay silencio, (aunque grita)...

Y el dolor de mi alma se ahoga en su interior;
y no hay razón que aplaque su sed; pues sabe
que tan profunda sed, es la evidencia cierta de que
el agua que busca, aunque ahora no ve, a raudal existió


Y mis ojos, ávidos de placer,
contemplan el mundo...
buscando la belleza conocer...
pero hay fango... (y me hundo)...


¡si encontrare la fuente que busco¡
bebería de ella hasta saciar toda mi sed...
Y después... regaría con ella el seco desierto...
¡Y brotaría de nuevo... el jardín que existió¡

 Y se cierran mis ojos cansados de tanto buscar...
¡Y de pronto, una voz, un torrente¡... se estremece mi alma...
¡¿Será el agua que anhelo?¡... y de nuevo el torrente:
¡Si alguno tiene sed, venga ami y beba¡

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